Para ponernos en situación:
Originalmente, los cuentos de ``hadas´´ iban dirigidos, a unos oyentes adultos. En esos cuentos se reflejaban de manera simplificada, problemas de lujuria, avaricia, ira... muy presentes en la época de su publicación, y se les daba una solución satisfactoria. La solución siempre pasaba porque los "malos" recibiesen su merecido. Esa manera de pensar, tan "simple", tan maniquea, sigue rigiendo nuestra forma actual de pensar y siempre estamos esperando que "los malos" sean castigados.
Mucho antes de que exista una literatura escrita exclusivamente para niños, los cuentos populares
(de hadas, ogros y princesas) se transmitían a través de la tradición oral y de generación en generación. Durante siglos, quizás milenios, los cuentos eran contados entre los adultos; pero, de tanto repetirse una y otra vez, llegaron también a gustar a los niños no sólo por el poder de la fantasía que alimenta el desarrollo de su personalidad, sino también porque abordan temas que les toca de cerca. Así pues, los cuentos populares se han convertido en un tesoro invalorable para los niños, incluso cuando no existía una literatura infantil propiamente dicha y en épocas en que la pedagogía no había advertido su importancia.
Ahora bien, ¿vale la pena poner al alcance de los niños los cuentos populares que encierran una cantidad inverosímil de crueldades y violencia? No creo que baste con eliminarse las escenas más desagradables o explicarles a los niños que las “crueldades” corresponden a la fantasía del autor y a una época pasada en la historia, porque esto implicaría cubrir con un manto las violencias que a diario se comenten contra millones de niños en todo el mundo.
¿Quién no ha recibido una bofetada en su infancia? Probablemente muchos.
¿Cuántos niños fallecen a consecuencia del martirio causado por los mayores?
El síndrome del apaleamiento es cada vez más frecuente no sólo en los hogares, sino también en los colegios, donde los profesores maltratan a los alumnos, sujetos al precepto de que la “letra con sangre entra”.
Pero dejémonos de irnos por las ramas y dirijámonos al asunto que realmente nos concierne.
La cruda realidad, es que no todo son cancioncillas alegres que todos nos sabemos y tarareamos a la menor oportunidad, y los príncipes azules no son tan azules como nosotros nos creemos. No vamos a hablar del hecho de que las princesas son prácticamente pre-adolescentes cuando contraen matrimonio y todo eso, pero comentemos la realidad de las historias que nos ha vendido Walt Disney, ya que estas, no eran 100 % fieles a las historias originale.
Todos conocemos casi todas las películas que Disney viene lanzando desde 1937 con "Blancanieves" (La primer película animada de Disney).
Para empezar con esta sección empezaremos ``destripando´´, este bonito cuento.
Blancanieves y los Siete Enanitos
Recordamos todos, que según Disney, se trata de la historia de una bella y pequeña princesa. Hasta ahí podría ser el comienzo de cualquier cuento.
Mientras crecía y se ponía bella, la Reina era respondida por el espejo de que no era ella la más bonita, sino Blancanieves, entonces la mandaba a perderse en el bosque donde encontró a los Siete enanitos quienes la hospedaron en su casita, cantaban canciones y eran todos muy felices. Más tarde, la Reina la encuentra en el bosque y le da de comer una manzana envenenada, con lo que la joven y bella Blancanieves ``muere´´, oh no.
Todos lloran y le preparan un velatorio campestre a la sombra de un ciprés cuando de repente aparece, a lomos de un corcel ( blanco? ) un hermoso y valiente príncipe que, sin conocerla, decide acercarse al cadáver de la joven y besarla. No vamos a profundizar en traumas sexuales de este joven.
Pués bien, gracias a ese beso, Blancanieves revive y se casa con el príncipe. Son muy felices y comen perdices.
Pues no, no es así como sucedió.
El cuento de los hermanos Grimm es muy parecido pero tiene un final que no apareció en la versión de Disney.
La reina era bella y tenía un gran impulso narcisista, por lo que no podía soportar que nadie fuese más hermosa que ella. Tenía un espejo mágico, al que le preguntaba constantemente quién era la mujer más bella del reino. Si el espejo decia, que la más bella fuese otra y no ella, esta la mandaba matar.
Los años pasaban y su hija se convirtió en una hermosa joven y la reina erea cada vez más vieja.
Un buen día, hizo su rutinaria pregunta al espejo y este le contestó que la más bella era su hija Blancanieves, por lo que le encargó a un asesino que la matase.
Cuando este estaba a punto de hacerlo, no pudo ya que la belleza de Blancanieves lo embriagó y decidió sarlvarle la vida a cambio de que se fuese.
Pues bien, aquí es dontre entra el papel de los ``bonachones´´ enanitos, los cuales le dan cobijo a cambio de que ella le sayude en la casa mientras van a trabajar, pero no pueden resistir la tentación y la violan, pero solo una vez, luego es consentido.
La reina descubre que sigue viva, puesto que el espejo sigue respondiendo que Blancanieves es la más hermosa y decide salir a buscarla para matarla ella misma.
Desde aquí, se asemeja bastante a la animación de Disney, salvo que como castigo a la Reina por sus malos actos el príncipe ahora rey puesto que se casa con Blancanieves, manda a confeccionar un par de zapatos de hierro que son calentados al fuego hasta quedar rojos, luego el príncipe ordena a la reina ponerse los zapatos y esta se ve obligada a hacerlo mientras baila hasta que cae muerta.
Como veis, el argumento y verdadero final difiere un poco del que estamos acostumbrados a ver, oir y leer.
Hasta el próximo cuento ``infantil´´
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