miércoles, 20 de mayo de 2015

Leyendas Urbanas: La melodía de pueblo lavanda

Hace ya algún tiempo hablé de una leyenda urbana sobre un supuesto videojuego de arcade que existió allá por el 1981 llamado Polybius. Aunque no se sostiene por ningún lado, la historia es muy llamativa y curiosa ya que contiene lavados de cerebro que llevaban al suicidio.

Algo parecido ocurrió, supuestamente, con un famosísimo videojuego que, a diferencia de Polybius, si existe y al que la mayoría de los nacidos a finales de los 80 o principios de los 90 hemos jugado. Se trata de la primera generación del juego Pokémon para Game Boy. Se cuentan varias leyendas acerca de los primeros cartuchos que salieron en Japón, pero la más famosa  habla de un centenar de muertes por culpa de una melodía que impulsaba a los niños de menos de 12 años a suicidarse. Pero, antes de meterme de lleno en la leyenda voy a explicar en qué consiste el juego para que los que no hayan jugado nunca sepan de qué va.

La saga de videojuegos de rol es desarrollada por la compañía programadora de software japonesa Game Freak y distribuida por Nintendo. La misión en estos juegos es capturar y entrenar a los Pokémon. Los pokémon son una clase de criaturas basadas en muchos casos en animales reales o criaturas míticas. A los usuarios de los videojuegos se los llama “Entrenador Pokémon”. Tienen que, además de capturar a todas las especies de pokémon disponibles en la región ficticia en donde se encuentra ambientado el juego, deben entrenarlos y enfrentarlos a otros pokémon pertenecientes a otros entrenadores para demostrar sus habilidades y así convertirse en un Maestro Pokémon. Para lograrlo, los entrenadores pokémon viajan a lo largo y ancho de las regiones del mundo Pokémon.

Portada del primer juego que salió en Japón

Los primeros cartuchos para Game Boy de este videojuego salieron en Japón en el 27 de febrero de 1996, tres años antes de que salieran a la venta en Europa y Estados unidos. En el país nipón se llamaron “Pocket Monsters Aka and Midori (Rojo y Verde)”. Al parecer, durante el verano del 96 hubo una oleada de suicidios anómalos  de niños entre 7 y 12 años. Investigando sobre las posibles causas de los suicidios masivos y la evidente relación entre ellos, se descubrió que todos estaban jugando a este juego y además se habían quedado todos en el mismo lugar del mapa: el pueblo lavanda. En este pueblo se encuentra la Torre Pokémon, lugar considerado como un cementerio para los pokémon difuntos.

Pero estaba muy lejos de tratarse de una historia de fantasmas, y es que, por lo visto, todo tenía una explicación científica muy clara, la melodía que sonaba al entrar en ese pueblo. La macabra melodía contenía unas frecuencias de sonido muy bajas que solo eran perceptibles para los niños menores de 14 años aproximadamente.


Los síntomas de estos niños iban desde dolores de cabeza hasta una depresión profunda que les producía esa tendencia al suicidio. Hay que apuntar que la mayoría de esos niños jugaba con auriculares, por lo que dichas frecuencias, aunque fueran casi imperceptibles, eran escuchadas perfectamente por los jugadores. Se informó a Game Freak de los supuestos efectos producidos por esa melodía, y la cambiaron para las siguientes versiones del juego.

Supuestamente existe una lista de nombres de los presuntos afectados y sus respectivos síntomas y edades, además de una fecha. Esta lista se dice que fue filtrada desde la misma Game Freak por una de sus trabajadoras. Todos estos casos son del 1996, apenas 2 o 3 meses después de salir a la venta el juego. Además, estos comportamientos no solo serían resultado de la extraña música, otros fenómenos extraños del juego que aparecían en el supuesto cementerio pokémon pudieron haber ayudado. Pero esos son otras leyendas de las muchas que envuelven el juego.

Un pequeño fragmento de la supuesta lista filtrada:
“4 Marzo (7 años): Migrañas, comportamiento lento, cero respuestas corporales. Se tornó en sordera y la víctima desapareció. Apareció muerto al lado de un camino el 20 de Abril.
12 Abril (11 años): Apnea del sueño, migrañas severas, hemorragia de oído, tinnitus.
23 Mayo (12 años): Irritabilidad general, insomnio, adicción al videojuego, hemorragias nasales. Actitud violenta hacia otros y hacia él mismo.”
Esta lista demostraría que la propia empresa encargada del videojuego ayudó a los servicios sanitarios a detectar y relacionar los síntomas de los pobres niños con el juego. Lo que significaría el cambio de melodía para los siguientes cartuchos. Se dice que hubo más de 100 suicidios. Los cartuchos a los que ya les habían puesto la diabólica melodía se cambiaron y le pusieron una canción parecida pero, al parecer, fuera de peligro, y ya no volvió a ocurrir.

Un miembro del equipo de desarrollo al parecer concedió una entrevista en la que explicó que querían convertir el Pueblo Lavanda en un área diferente al resto del juego, que fuera una melodía que no pasara desapercibida, y desde luego no lo hizo. Para ello se experimentó con tonos binaurales, usando frecuencias de sonido, cada frecuencia tocada en un oído mediante auriculares, puede causarle varios efectos psicológicos al oyente.

Por ejemplo, si el oído izquierdo recibe sonidos con una frecuencia de 300 Hz y el oído derecho de 306 Hz, el pulso binaural resultante será de 6 Hz. Las frecuencias de los tonos deben ser menores a los 1.000 Hz y la diferencia de frecuencias debe ser menor a 30 Hz. Cuando estos dos tonos de frecuencias ligeramente diferentes son presentadas de forma separada, una en cada oído, utilizado auriculares con estéreo, el fenómeno resultante que produce el cerebro son pulsaciones de baja frecuencia en cuanto a amplitud y localización sonora del sonido percibido y un tono de batimiento es percibido, como si las dos frecuencias se mezclaran naturalmente fuera del cerebro.

Teniendo en cuenta que, estos infrasonidos resultantes de los tonos binaurales, solo son perceptibles por niños y está demostrado que pueden provocar vértigos, náuseas y cefaleas al ser afectado el laberinto auricular, podríamos decir que algunos de los comportamientos tendrían explicación evidente.

Lo de los suicidios es más difícil de creer, mi teoría es que los niños sí sufrieron algunos de los síntomas pero lo del centenar de suicidios es más parte de la leyenda. No descarto que algún suicidio aislado diera la señal de alarma, pero los motivos de la muerte podrían ser por cualquier otra cosa. Los niños sí podían estar irritados, malhumorados y muy enganchados al juego, yo mismo he estado así por no poderme pasar una parte del juego. La desesperación por pasar el Pueblo Lavanda (una de las zonas más complicadas y lentas del juego) junto a las horribles frecuencias que sonaban y les cargaba la cabeza, los volvían hasta violentos. Todo esto sí tiene sentido. La desesperación de las madres hizo que denunciaran la causa y, casualidad, todos se encontraban en ese nivel del juego. Algo que no es tan raro si pensamos que el juego salió a finales de febrero y los primeros afectados empezaron a aparecer en marzo, conforme iban llegando al lúgubre cementerio Pokémon.

Tengo que decir que, aunque la historia me parece algo exagerada, no me parece una invención total, sobre Pokémon existen muchas leyendas que no se pueden comprobar pero también existen historias negras verídicas. Por ejemplo, el 16 de diciembre de 1997 en Japón, 685 niños fueron hospitalizados por sufrir ataques epilépticos tras haber presenciado un episodio de Pokémon. Posteriormente se descubrió que las convulsiones se debían al cambio rápido entre los colores rojo y azul en una escena. El incidente ocurrido con este episodio fue parodiado en la serie Los Simpson

Aquí os dejo un vídeo de la canción del pueblo Lavanda después de la primera modificación y que está en todas las versiones de primera generación del juego.
Esta es la supuesta primera canción que se comercializó en Japón únicamente. Pero no está claro si se trata de la canción original o es una falsa hecha a partir de la anterior. La verdadera se comenta que sólo se puede encontrar en la Deep web.

Lo cierto es que existen muchos comentarios en internet que dicen que esta canción les pone dolor de cabeza, es normal, si se escucha con mucho volumen la intensidad puede dejar una desagradable jaqueca.
Leyenda urbana o no, la historia no deja indiferente a nadie.


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