Volvemos con los fenómenos inexplicables porque cada día hay mas sucesos que nos dejan atónitos, y no pueden ser noticia, porque son casos donde hay muertos y todavía no se sabe su resolución. Hoy vamos con la maldición de los ganadores de la lotería
¿Quién no ha pensado alguna vez en ganar un gran premio de lotería? La riqueza y el poder pueden cambiar la vida de una persona, olvidándose así de los problemas financieros que tanto preocupa a la sociedad. Pero a lo largo de la historia la lotería también ha sido el premio del dolor y de la tragedia, que se conoce como la “maldición de la lotería”.
La maldición de la lotería se ha cobrado muchas víctimas. Extrañas e inquietantes historias que van desde lo irracional hasta lo más misterioso, que hace preguntarnos si realmente un boleto ganador también viene con el premio de la mala suerte. Muchas personas piensan que se tratan de meras coincidencias, pero lo sorprendente es que algunos datos sugieren completamente lo contrario. En 2009, un hombre en Florida que ganó el gran premio de 30 millones de dólares fue asesinado. En 1997, Stuart Donnelly de 29 años, se convirtió en el ganador más joven de la Lotería Nacional del Reino Unido, pero en 2010 fue encontrado muerto en su bungalow escocés, ahogado con su propio vómito. Otro caso fue el de Deborah McDonald de 47 años, atropellada por un automóvil cerca de Sandusky, Ohio, después de salir de un bar donde había estado celebrando el premio. Pero todo no acaba aquí, en 2003, un autobús que transportaba a un grupo de 28 alemanes que les había tocado la lotería volcó matando a todos los integrantes. Y el año anterior, un trabajador de una fábrica en el Reino Unido se suicidó mediante una dosis de cianuro siete meses después de ganar 92.000 libras en la lotería. Pero los registros sobre personas que les han tocado la lotería y han sido víctimas de algún hecho dramático en su vida se remontan a más de un siglo. ¿Simples casualidades o victimas de más allá de lo racional?
Jack Whittaker, víctima de la maldición de la lotería
El 24 de diciembre de 2002, Jack Whittaker, que entonces tenía 55 años, se detuvo en una gasolinera de la ciudad de Hurricane, Virginia Occidental, para llenar el depósito de su vehículo, comprar unos bocadillos y de paso comprar un boleto de lotería del conocido sorteo americano Powerball. Cuando aparecieron en televisión los números del Powerball, Whittaker tuvo un gran disgusto ya que perdió solamente por un número. Al día siguiente, que era Navidad, él casi se desmayó cuando se enteró de que los resultados habían sido incorrectamente transmitidos, por lo que él era el ganador de 314,9 millones de dólares.
Un día o dos más tarde, Whittaker, acompañado por toda su familia fueron fotografiados sosteniendo el gigantesco cheque. Whittaker tenía dos opciones: recibir el dinero en cuotas anuales durante un período de 29 años, o aceptar un solo pago de aproximadamente 113 millones de dólares. Él eligió la última opción, que después de pagar los impuestos se le quedo en 93 millones. Whittaker dio decenas de millones a la caridad, incluso donó parte de sus ganancias a la iglesia. Pero en agosto de 2003, las cosas se le empezaron a complicar durante una salida a un bar nocturno donde le robaron más de 500.000 dólares en efectivo, además de su Hummer que estaba estacionado en el aparcamiento. Varios meses más tarde, fue arrestado por conducir con una tasa de alcohol superior a la permitida. En los meses siguientes, Whittaker continuó atrayendo a la “mala suerte”. Unos ladrones le robaron más dinero, una mujer le interpuso una demanda por asalto sexual, fue arrestado por nuevos incidentes relacionados con el alcohol al volante, él y su esposa se separaron después de más de cuarenta años de matrimonio, y un sinfín de desgracias.
Muchas personas pueden pensar que él mismo se buscó los problemas, pero lo peor estaba por venir. En septiembre de 2004, el novio de su nieta Brandi Bragg, fue encontrado muerto en la casa de Whittaker. Había muerto de una sobredosis de drogas. En diciembre de ese mismo año, su nieta Bragg desapareció. Unas semanas después apareció su cuerpo descompuesto envuelto en una lona de plástico detrás de un camión destartalado. Y en julio de 2009, Ginger Whittaker, su hija de 42 años, fue encontrada muerta en misteriosas circunstancias. Los investigadores descartaron cualquier relación que tuviese que ver con el dinero, la causa exacta de su muerte sigue siendo desconocida. Whittaker dijo públicamente:“Ojalá hubiera roto ese boleto”.
Existen muchos casos de ganadores de lotería que les han perseguido trágicas circunstancias, desde asesinatos, a suicidios o muertes misteriosas que han llevado a muchas personas a acuñar la frase “la maldición de la lotería”. Los más escépticos afirman que todo se trata de malas gestiones, pero casos como el de Whittaker, fue víctima de algo más que una simple mala gestión. Así que hay que estar preparado antes de ganar la lotería, preparado para todo tipo de desgracias en el lado más oscuro de la lotería.
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